Villaescusa de Ecla se esconde en un valle rodeado de vegetación y canteras de caliza que le han dado renombre. El bello paisaje es abrupto y montaraz y se llega por la pequeña carretera a poco de pasar San Andrés de Arroyo. Pertenece al Ayuntamiento de Santibáñez de Ecla.
Coordenadas Latitud 42º 43´N, Longitud 4º 22´W se encuentra a 1000 metros de altura sobre el nivel del mar
En la actualidad tiene 30 habitantes 21 hombre y 9 mujeres datos INE enero de 2023
En su término esta constatada la presencia de al menos dos castros prerromanos (Villaescusa I y II) atribuidos a los Cántabros
También hay indicios que, por Villaescusa, pasaba la principal red de transporte de pescado del Cantábrico con la meseta; y también hay indicios de que los Romanos se establecieron en tierras de Villaescusa. testigo de ello son los 3 puentes Romanos que aún existen en Villaescusa, la calzada hoy oculta bajo el nuevo camino de concentración y el desfiladero de El Congosto cuyo camino se abrió excavando la piedra caliza que lo forma. Existieron importantes canteras de las que salió la piedra para muchos de los monumentos históricos de la provincia.
En 1345 encontramos ya Villa Escusa. Algunos filósofos lo derivan del latín absconsus “escondido” pero más puede venir del latín clásico excussus “ separado” apartado del centro principal el significado pudiera ser villa apartada.
El Becerro de las Behetrias 1352 aparece como behetría de Don Nuño y en 1845 Madoz lo describe de clima sano, el terreno es mediano y los caminos son malos.
La Culada del diablo
En el pequeño pueblo Ojedano de Villaescusa de Ecla, existe un término geográfico llamado el “Congosto”; es un paso estrecho entre dos montañas rocosas. A ambos lados de dicho paso existen sobre la roca dos huecos que, según la leyenda, el diablo dejó marcados con su cabeza y con su espalda.
La historia sucedió así: Allá en el siglo III, en la ciudad de Segovia, se encontraba sirviendo en una familia bien acomodada, una joven muchacha. Dicha muchacha tenía que acarrear todos los días sobre sus hombros, y a una distancia de un kilómetro, el agua necesaria para atender las necesidades de la familia a la que servía., y así un día y otro día y todos los días.
Pero, he aquí que una noche, cuando la muchacha estaba pensando en el trabajo que le esperaba al día siguiente, se le aparece el diablo, que abre el diálogo en estos términos:
¿Por qué trabajas y te fatigas tanto? Si tú quieres, a partir de mañana, tienes solucionado el problema del acarreo del agua que tanto te preocupa. Todo depende de ti. Si me entregas tu alma, yo, esta misma noche, te construyo un acueducto para que el agua venga hasta aquí… Piénsalo bien y decídete pronto, porque lo que te propongo merece la pena. Dejarás de bajar y subir todos los días esa cuesta con tu cántaro al hombro, podrás descansar y ser feliz dedicando el tiempo a otras cosas más agradables.
Leer más La muchacha, mientras el diablo hablaba, reflexionaba en silencio, considerando los pros y los contras de la proposición demoníaca. Es mucho lo que me pides a cambio: el alma. Dijo la muchacha. ¿Y qué es el alma? Lo que importa es el cuerpo. Te sentirás descansada y relajada. Para ti el alma no supone mucho, pero yo mis negocios los hago a base de almas. sólo tráfico con almas. Así que decídete pronto. Y la muchacha dijo: “Sea como tú dices”. Y en ese mismo momento, el diablo y todos sus diablillos, se pusieron a trabajar en la construcción del acueducto. La piedra fue transportada desde las canteras de Villaescusa de Ecla. En pocas horas, con un trabajo endiablado, el acueducto quedó terminado. A la mañana siguiente, el diablo se presenta ante la muchacha, para que contemple su obra y a exigirla la segunda parte del contrato: su alma. , La joven vio la obra del acueducto y le pareció bien, pero en cuanto a entregarle su alma, eso ya era otro cantar… Su alma era muy hermosa, de mucho valor y no estaba dispuesta a dársela; así que de lo dicho, ¡nada! Encorajinado entonces el diablo, metió el rabo entre las patas y para apaciguar su mal humor se vino a las canteras y en señal de protesta dejó marcadas sus posaderas y su cabeza en las rocas del “Congosto” de Villaescusa de Ecla. Y allí perduran esa5 señales hasta el día de hoy. Esta es la historia-leyenda de la Culada del diablo de Villaescusa de Ecla (Isidro López). Otra leyenda que dice que de las canteras de Villaescusa de Ecla se sacaron piedras para construir el Acueducto de Segovia. También hay historias que cuentan que el diablo moraba estas tierras, y en uno de los viajes que daba llevando piedras hasta el acueducto, tropezó y dejó en la piedra marcada sus posaderas y su cara; dicho acontecimiento se encuentra en el desfiladero de (La Culada del Diablo).
La iglesia de Villaescusa esta dedicada a la inversión de la Santa Cruz por Santa Elena, madre del emperador Constantino, es templo solido de cantería, de una sola nave dividida de tres cuerpos y cubierta de bóveda de artista. Portada adintelada al lado de la epístola. A los pies esbelta espadaña. Posee varios retablos neoclásicos con esculturas de San Roque San Martín Virgen con el niño y San Bartolome.