En donación de Alfonso VIII en el año 1203 encontramos mixieces. En Fernando III aparece miçieces. En 1345 es Mexeces Micieces, Misiego, esmesar son vocablos derivados del latín Messis-is mies y el significado es lugar de mises en la Ojeda. Tampoco hay que descartar que proceda de una voz árabe que suena a “maxices” y que significa “bereber”, es decir, habitante de una tribu del norte de África, dando a entender que serían sus primeros repobladores, o el jefe de la familia que lo repobló, gentes procedentes del ámbito moro.

       La primera referencia que encontramos data del siglo XIII en la donación del rey Alfonso VIII a su fiel vasallo Fernando de Robledillo o Robredillo que fue, según cuentan las crónicas escanciador del rey, es decir, el encargado comprar, guardar y escanciar (servir) el vino del rey y sus huéspedes. Y en el Becerro de los Beneficios en 1345 se nombra su iglesia de San Lorenzo. En el Becerro de las Behetrias en 1352 dice que es abadengo de San Andrés de Arroyo y de la orden de Santa Eufemia.

     Así, según atestiguan los documentos, en 1410 Juan II confirmaba las posesiones y vasallos de Arroyo y, entre ellas, aparece la de Micieces

     Siglo XVIII: En tiempos del Marqués de la Ensenada (1752), el nombre que se ha encontrado en los diferentes pasajes históricos es el de Miziezes

     En el siglo XIX Miñano y Madoz describen a Micieces en medio de una vega cercada de árboles y bañada de un riachuelo que mueve tres molinos harineros. Pero si hay algo que se menciona de manera constante en los escritos antiguos y parroquiales de los siglos XVII y XVIII son los tres molinos, dos de ellos de aprovechamiento comunal, con los que contaba el pueblo. La fragua es otra de las referencias de la historia local y da una idea del modo de vida de los vecinos, pues tal y como recuerda Jerónimo Bravo, «eran los edificios más necesarios para un pueblo porque en unos se extraía la harina para los animales y en el otro se arreglaban los aperos».