Báscones se localiza en la vega del río Boedo, limitado por el río al oeste y por el arroyo de la Valdontina a la izquierda. Se asienta en una zona más bien plana, en ligera pendiente hacia el monte. Se puede acceder por dos vías: a través de la P-223, carretera transversal al valle de Boedo que comunica la Puebla de Valdavia, con Alar del rey, o mediante la carretera que circula paralela al río Boedo, vía que une Hijosa de Boedo con Báscones de Ojeda.
Báscones, que con orgullo merecía llevar el apellido Boedo como otros tantos hermanos del valle, une a su nombre el de Ojeda. Y esto es así desde tiempo inmemorial porque el concejo de Báscones participaba de los beneficios de unos amplios terrenos desde Castrejón por todo el valle de Ojeda que, posteriormente, se denominó El Indiviso. En dicho monte pastaban los ganados, se sacaba madera y se extraía miel, por lo que, al participar de estos beneficios propios del territorio Ojedano, a Báscones se le denomino de la Ojeda.
Leer más Las aguas del Boedo surcan el casco urbano bajo un puente que llaman “de los belgas” este puente era antes de madera y las riadas lo derribaban muchas veces. El arquitecto provincial Jerónimo Arroyo evaluó los daños en 100.000 pesetas. En el año 1964, una vecina del pueblo que trabajaba en Bruselas invito a venir al pueblo a unos 20 chicos con conocimiento de arquitectura que diseñaron el nuevo puente. De ahí viene el nombre del puente y como se le conoce. Existieron antiguamente unas ventas llamadas de San Bartolomé donde pernoctaban los arrieros que trabajaban por la comarca, hoy cuenta con dos molinos un taller con sala de exposiciones de tallas de madera y un museo etnográfico. Sus coordenadas son: Latitud 42º 40´N Longitud 4º 31´W altitud 960m sobre el nivel del mar, superficie 18,6 Ha. Tiene ayuntamiento propio La distancia a Palencia es de 92 km. La población de Báscones en 1826 era de 468 habitantes hoy a 1 de enero de 2023 cuenta con 138 habitantes, el gentilicio es Bizarros
El topónimo Báscones tiene varias etimologías posibles, si bien lo más probable es que sea de “Bascunes” un vocablo precéltico con significado de montañeses o las de las alturas. Fueron los Báscones unos inmigrantes vascos que se instalaron en el siglo IX en tierras reconquistadas, y existiendo en varias provincias españolas topónimos de ese lexema. A lo largo de diversos siglos el Señorío de Báscones de Ojeda fue compartido entre la abadía del monasterio de San Andrés de Arroyo y la casa ducal de Frías.
Tradicionalmente de ha venido contando que en Báscones existieron en su día unas ventas denominadas de San Bartolomé, en las que pasaban la noche los arrieros que trajinaban con sus mercerías por las comarcas del Boedo y la Ojeda. Sus fiestas patronales se celebran el día 24 de agosto, festividad de “San Bartolo”.
A mediados del siglo XIX contaba el pueblo con 70 casas, otra de ayuntamiento, que servía también como cárcel, escuela de primeras letras, contaba con entre 3 y 4 molinos harineros y otra de aceite de linaza, dedicándose casi todo su vecindario a la preparación y manipulación del lino y fabricaban lienzos que vendían en Valladolid, Burgos, Palencia, etc. https://basconesdeojeda.es/municipio/historia/
El nombre de Báscones ya aparece nombrado por primera vez como Váscones en el Becerro de los Beneficios de Palencia en el año 1345.
Algunos también han pensado que Báscones procede de bosques. Muy abundantes antiguamente. Pero todos estos nombres hacen referencia a los vascones como repobladores que descendieron de la meseta. La persistencia de la “b” tiene su presencia en la carencia de v en el euskera. El significado es pues “El lugar de los vascones en la Ojeda”.
Los orígenes constatables dese remontan a tiempos de la reconquista y repoblación, no se tiene conocimiento de datos históricos a restos arquitectónicos anteriores a esta época. Fue repoblada a finales del siglo IX o primeros del X con gentes venidas de Vasconiao del reino de Navarra dando origen a su nombre.
En Amayuelas de Ojeda, puede verse la iglesia parroquial de la Asunción y la ermita de Santa Marina, con escasos restos del románico rural palentino.
La iglesia es de sillería sólida. Tiene tres tramos con sus correspondientes bóvedas de aristas coro alto a los pies y espadaña de dos cuerpos. Pórtico de madera al lado de la epístola, el retablo es neoclásico de s. XIX con esculturas de Santa Marina del siglo XVIII, procedente de una ermita dedicada a la santa y ya hoy desaparecida.
Quedan algunos restos románicos como son los capiteles historiados del ábside y un bajorrelieve que representa el martirio de la santa. En las inmediaciones, sobre el arroyo quedan los estribos de un arco ojival, restos de un puente del s XIII. También un molino todo lo cual induce a pensar en la existencia de un antiguo monasterio.
La iglesia parroquial, dedicada a San Bartolomé, es de mampostería, consta de una nave, dividida en tres tramos que se hallan cubiertos por bóvedas de arista y cúpula ciega y rebajada en el crucero. Una puerta adintelada y un pórtico se abren en el lado de la Epístola. En el lado del Evangelio, dos retablos: uno del primer tercio del siglo XVII con una escultura de San Roque; el otro es neoclásico con esculturas de San Antón (XVI), San José con el Niño (XVIII) y Virgen con al Niño (XVI). El retablo mayor del Presbiterio es del siglo XVIII con escultura San Bartolomé (XV), el martirio de ese santo y Cristo, estos dos del siglo XVIII. En el lado de la Epístola, un retablo neoclásico con una pintura de la Inmaculada (XVIII) y una escultura de la Magdalena de ese mismo siglo. Además, otro retablo, este rococó, con una pintura de las Ánimas. En la Sacristía, esculturas de la Virgen y de San Martín, ambas del siglo XVI.
Leer más En 1345, nos cuenta Roberto Gordaliza y Miguel A. Ortiz en su libro Boedo Ojeda y Ribera que encontramos la iglesia de San Bartolome con un preste y un gradero, lo cual supone ser de pequeña entidad. Compartieron el señorío solariego la abadesa del real monasterio de San Andrés de Arroyo y la comendadora del monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos. Daban cada año los vasallos a la abadesa (dos sernas con sus cuerpos, mas no con los ganados) Becerro de las Behetrías. Posteriormente perteneció al señorio de Fernández de Velasco como el resto de lugares y villas del valle y en 1490 vendió el monasterio por hallarse en dificultades económicas. La primitiva iglesia románica se ubicaba a las afueras del lugar donde hoy se encuentra el cementerio. Se han descubierto restos arqueológicos bellamente labrados. En sus cercanías se encontraba la antigua granja de “Ruipedro”, descendiente del señorio abacial de San Andrés de Arroyo.