En una hondonada del valle del Burejo, entre el castillo de Ebur y la legendaria Santa Marina, nació hace siglos Pisón de Ojeda. La Ojeda es tierra de tesoros arquitectónicos, rica en historia y leyendas. Pisón, siempre minúscula en comparación con sus pueblos vecinos, dentro de su modestia no es una excepción a esa riqueza cultural. En la actualidad Pisón se ha convertido en uno de esos lugares que no importan nada de la “España vaciada”, un lugar olvidado por la “modernidad”. Pero incluso los lugares más insignificantes tienen su historia. “Notas de historia de Pisón de Ojeda y aledaños” intenta recuperar del olvido algunos fragmentos de historia local del más frío rincón de la comarca palentina de La Ojeda, desde sus orígenes hasta sus últimos moradores. Pertenece al Ayuntamiento de Olmos de Ojeda
Coordenadas: Latitud 42º 46´N, Longitud 4º 28´ W, Altitud 980 metros sobre el nivel del mar
Cuenta con 3 habitantes censados a 1 enero de 2023, 2 hombres y 1 mujer según el INE
El primer asentamiento humano en Pisón de Ojeda se sitúa probablemente a finales del siglo IX, con la repoblación del valle de La Ojeda por parte del Conde Rodrigo, paralelamente a la repoblación de Amaya. Pisón fue jurisdicción señorial del Monasterio de San Andrés de Arroyo desde 1185, poco tiempo después de la fundación del monasterio por la condesa Doña Mencía, testamentaria del rey Alfonso VIII.
El topónimo “Pisón” y su iglesia de San Pelayo ya aparecen en el Becerro de los Beneficios de la Catedral de Palencia (1345). Este nombre hace referencia a las pisas o pisones que, movidos por instalación hidráulica en ríos o arroyos, servían para tundir paños y tejidos de lino. Así pues, el significado sería “el lugar de la pisa en La Ojeda”.[1]
Según el historiador Gonzalo Martínez Díez , durante la Edad Media pertenecía a la Merindad menor de Monzón (Meryndat de Monçon),[2] aunque no figura su descripción en el libro Becerro de las Behetrías de Castilla (1352). Por entonces, en Pisón probablemente rendían vasallaje, por proximidad geográfica a las vecinas Vega de Bur y Quintanatello, a Don Tello de Castilla, hijo de Alfonso XI y señor de Aguilar de Campoo.
En el Censo de Pecheros de Carlos I, en 1528, aparece Pisón con el nombre de “Pisoncillo” y 14 vecinos pecheros censados. [3] En el Censo de los Obispos de 1587 aparecen 13 parroquianos.
Iglesia de San Pelayo: Templo románico con un ábside semicircular de finales del siglo XII o inicios del XIII y nave central pertenece ya a fines del siglo XIV o inicios del XV. Posteriores actuaciones en el XVIII, cuando se remodeló el campanario, otorgaron al edificio su fisonomía actual. Fue finalmente restaurada en 1988. Se trata de un edificio de humildes dimensiones, construido con sillares bien trabados de arenisca local. Las restauraciones más recientes emplearon materiales actuales que contrastan fuertemente con el carácter medieval de la iglesia. Posee una única nave dividida en tres tramos de distintas proporciones mediante dos arcos fajones y cubierta con bóveda de cañón apuntado, cabecera con presbiterio recto y ábside semicircular, cubierto mediante bóveda de horno. Entre ambas el arco de triunfo, también apuntado, que apoya en columnas con capiteles vegetales y cimacios con rosetas, en el lado del evangelio, y cabecitas, en el de la epístola. Los capiteles de los fajones son de estilo gótico, destacando los del sur, con motivos de máscaras entre hoja de roble y palmetas. En el ábside se encuentra un vano o ventana aspillerada con forma de arco de medio punto, delimitado por una arquivolta que descansa sobre sendas columnas con capiteles vegetales de acantos y chambrana decorada con puntas de diamante. En el lateral meridional del presbiterio se encuentra una ventana de construcción moderna. La portada es también moderna, de medio punto con sencillas arquivoltas apoyadas sobre las jambas esquinadas. En la parte alta se conservan tres canecillos, uno de ellos con una cabecita humana, restos de un primitivo tejaroz. Los canecillos de la cornisa son simples, semicirculares, prismáticos o nacelados. Al sur de la nave se adosa un recinto rectangular compartimentado en tres estancias: la sacristía al este; las escaleras de subida a la espadaña, al oeste; y, entre ambas, un pórtico abierto con dos arcos de medio punto y protegido por sendas verjas. Hacia el norte, el cierre del espacio delimitado entre los dos contrafuertes ha permitido habilitar un pequeño baptisterio. La espadaña consta de un tramo inferior, macizo, y otro superior, horadaro por tres aspilleras o troneras de medio punto, para campanas y campanil, con remate triangular que muestra grabada la fecha de 1770 y el cristograma IHS.
Enclavada dentro del conjunto de iglesias pertenecientes a la ruta del Camino Natural del Románico palentino.
La fiesta mayor de San Pelayo se celebra el último sábado de Junio con una procesión popular y el levantamiento de un arco de ramas en el centro del pueblo.
A finales del siglo XVIII aparece documentada una cofradía dedicada a San Julián, que organizaba anualmente una función religiosa y refresco popular.
Recomiendo leer el libro de David Báscones Granado “Notas de historia de Pisón de Ojeda y aledaños” un trabajo de investigación sobre el pueblo de su familia donde da detalles de la historia Pisón muy interesantes.
También es natural de Pisón de Ojeda D. Ignacio Ruiz Vélez que nació en 1952 y reside en Burgos, se licencio en geografía e historia y escribió sobre el Privilegio Real de Pisón de Ojeda.